Está finamente veteada por la grasa de la bellota que le da un bello aspecto marmóreo y le proporciona gran jugosidad y una fina textura. La grasa, uno de los grandes secretos del jamón ibérico, es muy aromática y tan fluida que se funde en la boca inundando el paladar con un incomparable sabor, lleno de matices, intenso y prolongado.
La grasa del Jamón ibérico tiene un porcentaje elevado de ácidos grasos monoinsaturados, especialmente ácido oleico, similares a los que contiene el aceite de oliva y, por tanto, ayuda a mantener un adecuado nivel de colesterol en la sangre. Además, el Jamón Joselito es rico en proteínas y contiene vitamina B1, hierro, zinc y magnesio, siendo un alimento totalmente natural.